Teatro. El Beat en el cielo (Fragmento)
El Beat en el cielo
(Fragmento)
1ªESCENA: LA LLEGADA
Estamos en el “Heaven”, anuncia un cartel luminoso. No hay nadie en el escenario. Un espacio blanco. Un sofá blanco. Un cielo azul de nubes esponjosas que se pueda convertir en noche estrellada. Suena la versión de Gary Davis de ‘Death Don't Have No Mercy’.
Jack Pitillos:
(Empujado por una fuerza superior)
Pero qué coño…
Paraíso:
(Entrando)
Jack Pitillos. Vaya, otra celebridad. La cuarta de esta semana. Se le esperaba ya por aquí desde hace unos años. Bienvenido al cielo, Jack, ¿o prefiere que le llame por su nombre real? Algunos prefieren el artístico, pero fíjese Marilyn, por ejemplo se agarra unos rebotes tremendos si no la llamamos Norma Jeane. Aunque, Jack, entre usted y yo, la rubia es un poco especialita. Siéntese, por favor. Sé que es una incompetencia. Yo debería saber cómo llamarle con exactitud…
(Para que le escuche Plumilla)
Pero no tengo aún los registros de esta mañana. ¡Plumilla!
Plumilla:
(Desde fuera)
Aquí estoy, Paraíso.
Paraíso:
Becarios…
Plumilla:
Ya voy…Ya voy…
(Entrando, leyendo)
El sujeto 107.897.999.158 no tiene preferencias con el nombre. Literalmente “Se la suda”. Es que se me han mojado un poco en las nubes y los estaba secando.
Paraíso:
(Cogiendo los papeles)
¿Para qué están las lanzas?…
Plumilla:
Perdón. No me volverá a ocurrir. Guau, usted es Jack Pitillos. Parece más feo en las fotos ¿verdad, Paraíso?...Aunque me lo imaginaba menos delgaducho. Por favor, señor Pitillos podría recitarnos algo suyo…O cantarnos una canción de Los Prosa Beats. La de Dean Moriarty al volante era muy pegadiza…
Jack Pitillos:
Atrás, zorras. ¿Qué carajo hago aquí? Y ¿Quiénes sois vosotras?
Plumilla:
Nos ha llamado zorras. Qué gracia.
Paraíso:
Estimado Jack Pitillos, sepa usted que está en el Cielo y que nosotras somos ángeles acreditados para gestionar su registro. Yo soy Paraíso y Plumilla está haciendo sus prácticas. No es el primer nuevo que no sabe que está muerto ni será el último, y entiendo su conmoción, pero, encanto, llevo siglos de experiencia y no facilito las cosas a quienes me faltan al respeto. Sean famosos de medio pelo como usted, presidentes del gobierno o matones de la Cosa Nostra. Aquí se guardan las formas. ¿Ha comprendido bien, Jack?...
Plumilla:
Verá usted: resulta que esta vez no le aguantó bien el corazón. Bastante suerte ha tenido todos estos años. Paro cardíaco en el Hotel Mediodía, en Atocha, Madrid. Especificando en el wáter de la 118. Demasiado Bourbon para tomar barbitúricos, chico. Aunque puede estar contento ¿una muerte a su estilo, no? Aquí nos pareció muy propia.
Jack Pitillos:
Hostia, puta…
Paraíso:
Plumilla, su legado…
Plumilla:
Aquí tiene, Jack.
(Le entrega un sobre)
Paraíso:
No se esfuerce, Jack, en el cielo no se puede llorar, tampoco hará sus necesidades. Imagínese si no: cloacas eternas. Aunque tranquilo, tenemos algunos placebos atenuantes para ciertos vicios.
Jack es incapaz ni de reaccionar con el sobre.
Plumilla…
Plumilla:
Déjeme el sobre, y le explico. Aquí, tiene el listado de “Querientes” que le acompañarán en su espíritu.
Paraíso:
Supraterrenal, lo que se dice supraterrenal, que se sepa en vida, haber hay poco. Todo eso de la luz y el túnel, está muy entretenido, pero no funciona así. No siempre nos esperan aquellos que querríamos. A veces ni nos quieren ni ver.
Jack Pitillos:
¿Cómo? …Me estoy mareando…
Plumilla:
No se marea de verdad, no se preocupe. Pero siéntese si quiere, para eso está este sofá ¿A que parece de verdad?...
Paraíso:
Yo me marcho ya, Plumilla, que tengo que sellar los últimos deseos de no sé qué accidente. Un bus infantil, más niños gritones por aquí. Qué fatalidad. Explícaselo tú.
Paraíso se marcha.
Plumilla:
Luego acudo. Perdone a Paraíso, es un poco dura con los de su clase. Pero es fácil ganársela con ciertos gestos. Suéltalo.
Jack Pitillos:
Dices que estoy…La flaca, la tipa que se ha ido, ha dicho que sois ¿ángeles?... ¿Estoy…?
Plumilla:
Muerto, sí, muerto del todo.
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