Teatro. PEQUEÑO BRONY (Fragmento)
FRANCISCA:
Calor ¿eh?... El bondage está ya imposible en agosto...
LA SUMISA:
El cambio climático.
FRANCISCA:
El cambio climático. La temperatura global está aumentando una barbaridad. Dicen que a una velocidad mayor de lo que se ha producido de forma natural durante el último milenio. Así que las últimas temporadas en la sierra Johnny y yo lo llevamos bastante regular. Mira, nosotros vamos a hacer ya aquí veintiún años y te digo yo que jamás hemos tenido este bochorno. Qué va. Si cuando vine de clienta hasta hacía fresquito por la noche. Que me acuerdo yo. Quién me iba a decir que me iba a quedar aquí tanto tiempo...
FRANCISCA se acerca a la chica y le da de beber el Acuarius con una pajita que estaba situada junto al banco.
Bebe, no te me vayas a marear luego. Te lo he pillado sin hielo porque la cafetería ha cerrado ya. Como han puesto las puñeteras máquinas por todos lados se creen que a no hacen falta las personas. Pero un vasito con su hielo y su limón no es lo mismo que una lata asquerosa. Y como no lleves suelto la has jodido. Esto ha cambiado mucho. Antes nada que ver. Era un complejo de veraneo con el doble del terreno y cincuenta y tres trabajadores sin contar los extras. ¿Donde está ahora el Alcampo? Hasta ahí llegaba el jardín. Era muy bonito, como un sanatorio de tuberculosos pero reformado y de todo lujo, nada cutre. El jefe del resort, que murió al poco tiempo porque tenía psoriasis y la inflamación crónica le petó el corazón -fíjate, estas cosas que no esperas-, era un paciente de mi padre. Por eso fuimos toda mi familia, porque nos hacía precio.
Le introduce la pelota en la boca.
Qué bien me lo pasé. Al llegar, en clase de merengue me dijeron: “Cuando diga stop encontrarás al hombre de tu vida, pero recuerda que él es el dueño de la pista y de nada más”. Yo hice mi stop aquel verano y supe que era él. Pero yo a mi Johnny le ofrecí la pista y todo lo demás. Completamente.
Va a por las cuerdas y comienza a atarle.
Mi familia tenía la mejor cabaña, la vip, y él estaba en un bungaló de mierda con los monitores y las de la limpieza. Totalmente. Que sepas que el nieto del jefe era un partidazo, luego vendió la empresa a los de Booking y se forró. Cualquiera se hubiera ido con él por el Misisipi, pero no, yo no, yo ahí que me cargué con las sandías de su primo, y hala, con las sandalias nuevas llenas de polvo y tierra, arriba que me fui bailar reggaetón con los sirvientes. Así, tal cual. Yo iba a empezar la uni en septiembre. Quería estudiar Economía de los países subdesarrollados. Yo era una idealista de familia bien. Pero por mi Johnny dejé de ser una snob y empecé a bailar un poco dirty. Brucie decía en la radio que iban a florecer los calentones de verano. Pues sí, tenía razón. Espera, me estoy ahogando.
Se quita la máscara y sigue su acción.
…Y fue mi elección. No es una tragedia: Una tragedia es cuando quedan los mineros atrapados en una mina de Almadén, eso decía mi padre. Una tragedia es cuando un tibetano se quema a lo bonzo. O cuando mi hermana no lleva sus tacones de coral en su equipaje. Yo estaba enamorada de mi padre como todas las niñas lo están mientras son vírgenes. Todos me llamaban “Baby” aunque mi verdadero nombre era de señora: Francisca.
Comienza a sonar una versión de "Hungry Eyes" de Eric Carmel, y FRANCISCA adopta un tono sentidamente lírico.
Francisca. Fanny, Paca, Paquita, Francis… Francisca me gusta más. Porque lo de Baby se acabó desde entonces. En un refugio en las montañas perdí mi inocencia en su cama. Y ya no era la niña de papá. Me gustaba el mambo. Lo de Baby ya no pegaba. En la vida, hay momentos en lo que llega a tus oídos mensajes que determinan tu existencia y transforman tu percepción ontológica. Ya era mujer. A mí me dijeron el primer día: “Dios no te hubiera dado maracas si no quisiera que las sacudieras” y yo me lo tomé al pie de la letra. Menudas vacaciones…
El juego de las herraduras: polvazo. El chapoteo: revolcón en la pisci. La natación en el lago: pues seguimos mojando. Pin pong en la galería oeste: pues otro kiki. Certamen de dominó: copulación en línea. Croquet: casquete que va. Clases de naturaleza muerta: me cepillas en el caballete. Danza gratis en la glorieta: restregón de gloria. Que luego voleibol: así que me empotras agarrándome a la red. Clases de pachanga: pues copulación. Y luego, todas las noches, dale que te pego al… dancing.
Para la música y vuelve a la acción.
Total que me quedé en los huesos. Pensé: “Esto es estupendo, qué coño, yo me quedo aquí y estudio por la UNED.” Y eso hice.
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