Artículo literario. El beso de Clitemnestra. 5ª parte





5. Coneversión y lucha.
5.1. Ni venganza, ni justicia. Sólo amor.
Son muchas las diferencias entre Christine de O´Neill y Clitemnestra de los trágicos griegos, y algunas de las destacadas nos llevan a creer, como exponemos a continuación, que son los motivos y no las acciones lo que provoca el distanciamiento entre ambas figuras.
Clitemnestra, castiga a su marido por el sacrificio de su hija Ifigenia (“Con el tiempo acabó por llegarme este combate que yo tenía meditado de antiguo debido a una vieja querella.”[1]) Según la tragedia, ejerce una venganza, obedeciendo a su idea de justicia, Diké (Δίκη), y funciona como las mismas Erinias vengadoras (Έρινύες).[2] La figura de Clitemnestra de Esquilo, tras el crimen, revela de esta manera su juramento: “¡Por Justicia- la vengadora de mi hija-por Ate y Erinis, en cuyo honor degollé a ése [Agamenón].”[3] Dice a Electra:
Tu padre, y nada más, es siempre para ti el pretexto: que fue muerto por mí. Por mí, lo sé bien, no puedo negarlo; la Justicia se apoderó de él, no yo sola, a la que deberías ayudar si fueras sensata. Este padre tuyo, al que siempre estás llorando, fue el único de los helenos que se atrevió a sacrificar a tu hermana a los dioses.[4]
Sin embargo Eurípides, en Electra, humaniza al personaje hasta el punto que reduce su figura y la debilita. Clitemnestra de Eurípides ya no representa a la justicia ni el poder. Por un lado, es Egisto el que comete el asesinato, ella sólo es partícipe del engaño, además, si bien se opone a las intenciones de Egisto de eliminar a Electra y se arrepiente de los males sufridos por la hija, evita actuar y la mantiene fuera de palacio. El el personaje parece sólo preocuparse por su belleza y por sus riquezas.
Christine, siguiendo al último de los tragediógrafos, no aspira a una Diké, no representa a una heroína, no lucha cegada por un castigo merecido, por una querella pendiente. Christine, en comparación con Clitemnestra, parece perder todo sentido de justicia en sus acciones, incluso extinguir una verdadera aspiración de venganza. Ya que, la Clitemnestra clásica tiene pocos motivos para amar a su marido,[5] pues, posee razones de peso para odiarle (al margen de cualquier exceso de ambición que pueda haberla conducido a cometer el crimen), mientras que Christine tan sólo posee un vago rencor por el comportamiento de Mannon durante luna de miel.
En la Orestíada, Clitemnestra, desde el principio, es un botín de guerra para Agamenón más que una esposa, mientras que en Mourning Becomes Electra tan solo O´Neill parece conocer qué es lo que tanto arruina la vida a Christine con Ezra, pues éste, amargo (“You have always been bitter”[6]) y ahora ya viejo, la ama todavía, y ella le correspondió una vez: “I loved him once (...) He was handsome in his lieutenant´s uniform! He was silent and mysterious and romantic!”[7] Christine simplemente ha sufrido más de veinte años entregando su cuerpo al hombre que dejó de amar tras quedar traumatizada en su noche de bodas: “that´s what I´ve felt about myself for over twenty years giving my body to a man I-…“[8] El personaje tiene motivos -nada justicieros, pero motivos al menos- para asesinar a Ezra, ya que sabe que su marido no le concederá el divorcio, e incluso que, si Ezra se entera de su noviazgo, con sus contactos arruinaría la vida del capitán, alejándola de él (“Father would use all his influence and get Brant blacklisted so he´d lose his command and never get another! (...) And Father would never divorce you. You could never marry…”[9]). Pero no existe en la trilogía de O´Neill, una verdadera justificación al odio original de Christine hacia su esposo, no irrumpe una Casandra ni los hijos son sacrificados (ella ya odiaba a Ezra antes de que Orin fuera al frente). Antes de su infidelidad, no hay nada tan profundo en las circunstancias de Christine para querer arruinar la vida de Ezra, (realmente, tan sólo el capitán Brant tiene motivos vitales de venganza hacia los Mannon). Christine tiene una justificación meramente emocional para odiar a su esposo. “You would understand if you were the wife of a man you hated” [10] es su única defensa, que mucho tiene que ver con la elaborada por Eurípides, pero, que nunca será equivalente en su transfondo: “Atendiendo a los hechos, si tienes razón en odiarme, es justo que me odies, pero si no, ¿a qué esa repugnancia por mí.”[11]
Por otro lado, observamos que Christine no parece encarnar ningún impulso de rebelión femenina, ni de liberación del sistema de imposición varonil, porque, ante todo, el personaje de Christine necesita un hombre a su lado. La señora de Nueva Inglaterra es una mujer de cuarenta años que se comporta “como una sensiblera colegiala de mentalidad vulgar y sentimental”[12] que, a toda costa, necesita un pilar masculino (Orin-Brant, equivalentes al propio marido). La única liberación que protagoniza Christine es la de romper con su deber como esposa y mujer de su clase, siendo infiel a su marido y queriendo escapar de un entorno familiar y puritano con el que ha cumplido, por imposición, toda su vida. Christine lucha para seguir el curso de sus sentimientos: "Duty! How often I've heard that word in this house! Well, you can't say I didn't do mine all these years. But there comes an end.”[13] El personaje se rebela, sabe ver más allá, y reconoce la naturaleza opresiva de sus responsabilidades cristianas, a las que ha respondido hasta ahora. Asume que la plenitud de su vida como mujer se consume y anhela libertad: siente que tiene derecho a amar y a ser amada .[14]
Clitemnestra con Esquilo se caracteriza por su certidumbre: sus acciones son cometidas con decisión porque están premeditadas. Pero Christine ni siquiera es capaz de controlar su ira antes del crimen, y revela a Ezra su romance, estropeando sus intenciones de no ser descubierta.[15] Después, además, sufre remordimientos por miedo a que su amado se vea implicado en su desgracia:”I feel so guilty! I´ve brought you nothing but misfortune!”[16]
La mujer audaz, en la tragedia griega, es siempre peligrosa; aunque parta de buenas intenciones, sus hazañas son atroces por sus resultados para el resto y para su propia integridad. La valentía y la osadía -y no la cobardía- son las causas que conducen a los personajes femeninos rebeldes a una muerte segura,[17] a un final que, además, estas heroínas afrontan, generalmente, siguiendo los cánones masculinos.[18] Con Esquilo el espíritu de fortaleza varonil la acompañará hasta el momento de su muerte:[19] “¡Si alguien me diera al punto un hacha homicida! ¡Veamos si vencemos o nos vencen!,”[20] mientras que Christine, sin embargo, tiene miedo. Teme pasar la noche sola en la mansión al despedirse de Brant, y no deja de repetir que está asustada de enfrentarse a lo que se avecina.[21] Con Sófocles, Clitemnestra, creemos, ya es mostrada como una mujer que teme su destino, pues ya no espera la muerte con el hacha y la valentía de la figura de Esquilo, que obra con la justicia en su mano. En la línea de Sófocles, la figura de O´Neill transgrede la ley pero es cobarde, y como cobarde muere (se suicida). Sin su hombre ya no hay motivos para seguir viviendo.
Christine sólo busca su propio bienestar, no comete un acto heroico.Para W. Young,[22] el corazón de la tragedia es que es tarde para escapar a los mares del Sur y el posible error del héroe, consiste en que Christine sí cree que le queda todavía una oportunidad. Christine aspira a otra vida, pero ha desperdiciado mucho tiempo sin rebelarse, y no es consciente de cómo su pasado ha hecho estragos en ella, ella no sabe en qué tipo de mujer se ha convertido.
Christine es presentada, sólo en parte, como un personaje trágico. El personaje trágico, ocupa un lugar intermedio entre la virtud y la perversidad: debe despertar en el público la compasión ante la desgracia en razón de su error, pues no se trata de un ser eminentemente malvado, y provocar, asimismo, nuestro temor hacia dicha desgracia, como indica Aristótles.[23] El personaje de Christine es presentado con virtudes y vicios, pero la grandeza trágica reside en que el héroe sucumbe, en que el héroe fracasa. El personaje trágico debe ser culpable e inocente a la vez: como “justo doliente,” tal como indica M. Pardo Gutiérrez[24], pero, Christine, premedita su cometido, es consciente de su transgresión, y lo que es más: no busca venganza ni justicia, sólo busca su propia felicidad.
5.2. La justicia sin inocencia.
La reina también se equivoca y sus actos justicieros no impiden que afloren sentimientos de culpabilidad.
Las figuras de Clytemnestra de D. Rabe, al igual que el personaje de Clitemnestra original, tienen auténticos motivos para odiar a Agamemnon, por ello recuperan, de la figura griega, la capacidad y la entereza para realizar justificadamente su venganza. Clytemnestra Two ejecuta sus actos criminales con la absoluta convicción de que su crimen es un acto de justicia: “if I were to think of this as a cruelty, I could not do it. But it is not, and there is a dignity in it.[25] Clytemnestra Two crece a partir de los terribles sucesos provocados por el orgullo de un hombre: Agamemnon[26] (“Pride is your motive- vanity and power”[27]). Clytemnestra Two tiene la certeza de que su marido es un “sucio sanguinario” que merece morir (“He deserved to die. He deserved the death I gave him”[28]). Para la reina “la suciedad” debe limpiarse, debe realizarse la justicia convenida: “You smell of time gone, Agamemnon. It´s time that you bathe. Let it begin that you bathe. You are filth and filth must bathe.”[29]
Los personajes de Clytemnestra arriesgan el orden del violento universo masculino imperante. Según los tragediógrafos griegos, los varones, con sus faltas, son los responsables de una inversión de valores genéricos: son ellos los que abandonaron las cualidades que les son asignadas como hombres y son las mujeres las que se ven obligadas a asumir sus roles inevitablemente.[30] Las mujeres, en el universo de Esquilo, no son las que inician las hostilidades: por ejemplo, la indignación de Clitemnestra por las acciones de Agamenón la lleva a tomar represalias contra él. [31] Con Sófocles, la reina castiga a un “padre desconsiderado y perverso.”[32] Eurípides, que llena sus obras de discursos de odio hacia las mujeres y de tópicos misóginos,[33] presenta a una peligrosa Clitemnestra, pero, de la que justifica , sin embargo, los actos destructores: no asesina a su marido por su maligna naturaleza, sino por la infamia masculina sufrida previamente, por la traición y las fechorías de su marido... [34]
D. Rabe, por su parte, justifica que la “correcta” figura de Clytemnestra One se ve obligada a transformarse en una asesina (Clytemnestra Two) porque es víctima de la violencia masculina.[35]
Como nos dice M. Madrid, dentro de la escena griega, las acciones cometidas por las protagonistas se contradicen con el pensamiento tradicional[36] sobre el universo femenino. La tragedia proporciona una imagen misógina de la feminidad que, sin embargo, las acciones de los personajes femeninos desmienten como ocurre con Clitemnestra. D. Rabe rescata del personaje de Clitemnestra estas facultades y aptitudes en The Orphan. Ella intuye acertadamente y no se equivoca (el sueño de Clitemnestra con la serpiente), toma decisiones con rapidez en momentos decisivos (el asesinato de Agamenón), muestra serenidad tal como los varones (discurso a su pueblo tras el crimen). Es inteligente, fuerte y atrevida (Clitemnestra maneja el hacha en el crimen, hace uso de una red en la bañera para ahogar a su marido…), propone los planes más oportunos, y encuentra salida para las situaciones de máximo riesgo, con decisión y valentía (convence a Egisto, engaña a Agamenón y acaba con Casandra)...
El cuestionamiento de la imagen tradicional de la feminidad afecta inversamente al polo opuesto, a la virilidad. Los personajes masculinos, en ocasiones, traspasan las barreras asignadas y muestran comportamientos propios de mujeres. En la Orestíada, esta inversión es un elemento esencial y clave para comprender la reelaboración del mito por Esquilo.[37] Clitemnestra, en Esquilo, se muestra como “dominadora, activa y, por lo tanto, a los ojos de los griegos extraña como mujer y, en consecuencia, viril.”[38] Clitemnestra, al derrotar a Agamenón, lo feminiza. Lo que mueve a Agamenón en la tragedia griega es “una combinación de ambición y debilidad de carácter que se traduce en cobardía.” [39] En Ifigenia en Áulide, Eurípides muestra a un Agamenón falto de carácter, lloroso y asustado, “que actúa como quien no tiene realmente el poder”, tal como en The Orphan, el rey es ridiculizado por su falta de hombría (“Ohhh, no. This knife is your knife, Agamemnon. Stabbing gently. Kindly. The death it gives is meaningful,”[40] “you…in some few seconds will be also a bride of Achilles. He will kiss you at the rim of hell!”[41]). En la tragedia, Agamemnon no cumple como hombre y gobernante (“I am your king and husband, Clytemnestra; know that and be still”[42]), y no sólo es derribado por Clytemnestra Two, sino que, además, pide ayuda a una mujer cuando está siendo herido: “CASSANDRAAAAAAAA! WHAT IS THIS NET!”[43] Clitemnestra en las tragedias clásicas asume el gobierno de la ciudad, una tarea exclusiva de los hombres. Su personaje se viriliza y, por inercia, feminiza a su amante Egisto. Especialmente sobre la inversión del amante existen testimonios diversos en la tragedia griega: los argivos de Eurípides decían:”el marido de su esposa” y no “la mujer de su marido.” [44] El personaje de Orestes de Esquilo declara que los destructores de Troya van a ser “súbditos de dos mujeres”, porque el alma de Egisto es “femenina.”[45] El Corifeo de Esquilo acusa a Egisto de no haber realizado su venganza personalmente: “¿Por qué no prescindiste de tu alma cobarde y mataste a este hombre tú solo, sino que de acuerdo contigo lo mató una mujer?,”[46] y electra replica: “es feo que sea la mujer, y no el hombre, quien manda en una casa.”[47] El personaje de Aegisthus de The Orphan, siguiendo la tradición, aparte de ser un cobarde al lado de la reina (frente a Agamemnon y Orestes), es, incluso, vestido por D. Rabe de forma afeminada: aparece con una bata de lujo y con las piernas desnudas.[48]
El personaje de Clitemnestra es contemplado por D. Rabe, a través de Clytemnestra Two, como superior e independiente de sus hombres, rescatando el poder de la reina griega de Esquilo:
La superioridad del personaje de Clitemnestra sobre los de Agamenón y Egisto no se debe a que sea ella la que ocupe el espacio masculino, sino que junto a una capacidad de actuación y resolución masculinas sigue manteniendo su naturaleza de mujer, como ella misma manifiesta, y es esta androginia lo que la hace tan peligrosa. (…) El resultado de todo ello es la figura impresionante de una mujer de corazón varonil que actúa como la más femenina de las mujeres y al mismo tiempo mata y se jacta de ello con una osadía propia de un varón.[49]
Clytemnestra Two en su acción disfruta con sus actos criminales y con su poder: “Do you know, Aegisthus, I have let the life run out of a King?...”[50] y como a la reina ateniense, Es dominada por su soberbia, su exceso, su hybris. La justicia de las reinas de D. Rabe queda manchada de culpa. Clitemnestra, en todas las tragedias griegas, es condenada a ser objeto de rechazo y a encarnar un símbolo del terror masculino. Esquilo une en su figura “toda la capacidad destructora de la astucia, el engaño y la lujuria femeninos con un carácter viril y una ambición por el poder que la llevan a planear la muerte peor y menos honrosa para un varón;” [51] Sófocles, que no hace alusiones directas de tipo misógino, no tolera las acciones criminales de Clitemnestra y las denuncia a través de su obra; Eurípides, exhibe su rechazo hacia el personaje femenino en general y hacia éste en particular… D. Rabe, por su parte, replantea los argumentos griegos tendentes a culpabilizar a Clitemnestra y elabora nuevos motivos para que sea repudiada. En The Orphan, Orestes, bajo los efectos de las drogas suministradas por The Figure, e influido por las palabras sectarias de The Girl, cree que Clitemnestra dejó, por lasciva, que Agamemnon asesinara a su hermanastro recién nacido:
THE FIGURE:We´re talking about the infant.
ORESTES: The one you handed to my father for him to smash against a rock like an old bottle.
(…)
THE FIGURE: You were a pig beguiling him.
ORESTES: A whore beguiling him to do your murder, to make it seem you fought against the hands you guided as a lover, you conspired to kill my innocent father.[52]
El príncipe heredero, además, cree que Clytemnestra planea que Aegisthus lo asesine (As she surrendered her firstborne son into my father´s killing hand, so she wished me to die at the hand of Aegisthus.”)[53]
Por otro lado, el dramaturgo de Vietnam hace respirar al espectador, desde el principio, en una atmósfera trágica de muerte y destrucción y le hace intuir que a raíz del propio nacimiento, por medio del útero de Clitemnestra, “algo terrible va a pasar.” Finalmente, Orestes asesina a su madre no por vengar al padre muerto y engañado, o a la hermana maltratada o acomplejada, sino por los mismos motivos por los cuales ella se vuelve una asesina. Para los griegos, la Orestíada fue un argumento ejemplar de decadencia moral. D. Rabe, en su obra, quiere que todos los hombres confiesen que son “bestias de mentalidad sangrienta”. No hay ningún tribunal de apelación en The Orphan. Dios está muerto, el poder absoluto ha producido la corrupción absoluta, y la sociedad, es un barniz de hipocresía resquebrajado.[54] A todos los personajes (masculinos y femeninos) les invade la suciedad, pero esta suciedad preocupa especialmente a la figura de la reina griega. Es como si, en la figura de Clitemnestra de Rabe, la persecución de su conciencia (las Erinas) se tradujese en una terrible inmundicia que la persigue y la atormenta. La suciedad, la sensación de mancha tras el crimen cometido, parece ser una de las claves del texto de D. Rabe, para, al menos, entender que culpables o heroínas, las figuras de Clytemnestra se arrepienten de formar parte de la inmundicia humana.[55] por cuya huella quizá repite constantemente:
CLYTEMENSTRA ONE: I am-
CLYTEMNESTRA TWO: -dirt! (This is with revulsion.)
CLYTEMENSTRA ONE: Dirt![56]
5.3. Justicia pàra ellas. Todas son Clytaemnestra.
El argumento de la Orestíada de Esquilo establece una fuerte dicotomía entre lo femenino y lo masculino y plantea que la auto-afirmación de la mujer se produce sólo a costa de aniquilar a “los otros”, es decir, de acabar con el género masculino. Sólo existen en la trilogía dos alternativas inamovibles, como apunta F. I. Zeitlin: o un mundo regido por el hombre, o un mundo regido por mujeres[57] (o Agamenon o Clitemnestra). Como hemos analizado, mientras que el varón, a través de la figura que encarna Apolo, defiende el principio del matrimonio,[58] la mujer defiende el nomos inviolable y primitivo de la relación madre-hijo, y Clitemnestra actúa como principio femenino, que transgrede, con rebeldía, astucia e inteligencia, el régimen masculino para vengar a su hija. Pero, a medida que avanza la obra, a partir de sus representantes, las Erinas, el principio femenino que desempeñaba la reina, ahora se alía con lo arcaico, con lo primitivo y lo regresivo. F. I. Zeitlin [59] define la tragedia de Esquilo como una “creación mitopoética” que transforma la leyenda de los Atridas en una lucha cósmica entre las fuerzas celestes olímpicas y las fuerzas arcaicas ctónicas del inframundo (la Madre Tierra), y la conecta con el mito del matriarcado, el nomos ancestral arraigado en Grecia.[60] El caso de los Atridas evoca, así, la lucha entre el principio matriarcal y el derecho paterno”[61] y por ello la tragedia se comprende como una lucha permanente entre ambos sexos por el poder.[62]
El imaginario cultural moderno con frecuencia recurre al concepto de matriarcado, y esta tendencia está presente, especialmente, en el continente norteamericano.[63] R. O´Hara, en su versión de la tragedia, enfrenta a las mujeres unidas como grupo contra un mundo regido por hombres y dioses. Por ello, plantea un gobierno femenino, en el que “todas son Clitemnestras”:
I am done with Men. They have proven themselves unworthy. You will treat her with respect and dignity. Laugh…And she will have the LAST. My Royal Guard shall be Women. No man may enter my chambers unless accompanied. The Senate, shall be Women. Old men of Argos, your work here is done. Pack your bags. Return home before you strike a bold stance and suffer for it. Tell your wives and daughters… Their time has come. What I did was Destiny. You heard if from her very lips. A Prophetess spoke it. This early bird deaded that fucker of mothers. [64]
Clitemnestra de Esquilo, sabemos, es “el instrumento del que se sirve la justicia divina para hacer pagar a Agamenón sus excesos y su impiedad.”[65] Siguiendo la figura de Esquilo, O´Hara plantea una Clytaemnestra que releva al “rey impío” de su dominio (“YOU ARE RELIEVED OF YOUR PATRIARCHY”).[66] La reina de O´Hara se enfrenta al reino masculino que representa su esposo (“I DEFY THE REALM OF MAN”)[67] y reniega del nomos conyugal que éste defiende:
I CUT YOU FROM THE FURY OF MY LIFE. DIE AND FEEL THE JOYLESS HOPE OF A MOTHER WHO HAS WATCHED FROM THE EDGE AS YOU HAVE RAVAGED HER YOUTH AND PROVIDED NOTHING BUT THE CHEER OF GOLDEN SPLENDOR.(…) CLYTEMNESTRA, WILL NOT BE FUCKED WITH AGAIN BY THE LIKES OF YOU!! YOU SHALL NEVERMORE KEEP ME IN COLD COMFORT. [68]
En la antigüedad heroica, se reconoce el poder de la mujer en independencia del hombre; por ello las amazonas, temidas y respetadas, eran las que disponían del otro sexo y se comportaban como varones.[69] En el momento que pierde a Iphigeneia, Clytaemnestra de O´Hara pierde el concepto de deber al padre, que es su rey. El personaje femenino deja de ser el sexo débil cuando imita al hombre y su fuerza radica “en lo que tiene de personaje masculino”.[70]Clytaemnestra crea un senado “amazónico” que la apoya, y que como las esposas de Lemnos,[71] ejercen su venganza, a costa del sistema masculino.[72] No sólo las Furias velan por los intereses de Clytaemnestra, sino todo un gobierno femenino es fiel a su reina, al cual Electra deberá enfrentarse por sus actos matricidas:[73]
MENELAEUS.
She [Clytaemnestra] was dangerous. She had to be removed. You thought so yourself.
ELECTRA.
Release me.
MENELAEUS.
It is not that simple. Your mother left a Curse.
ELECTRA.
(to PYLADES)
The Furies!
MENELAEUS.
No… An All Female Senate.[74]
Especialmente en Good Breeding, se produce una inversión genérica, cuya extensión alcanza, incluso, al personaje de Orestes, que no sólo mantiene un romance con Pylades, sino que debe travestirse de su hermana Iphigeneia para llevar a cabo el asesinato de su madre (la cual, además, finalmente es ejecutada por una mujer). Por otra parte, Egisto es desplazado por Cassandra y Clytaemnestra lucha como un guerrero y ama como un hombre. Clytaemnestra, en palabras de Orestes: “HAS TRAVESTIED HER NATION.”[75]
El personaje de Clytaemnestra, al comienzo de la historia, se constituye desde una visión tradicional de la mujer, quizá para que sea más chocante su transformación “amazónica”. O´Hara, sin embargo, presenta al resto de personajes femeninos, desde un principio, sin ninguna disposición por cumplir con el patrón femenino: Iphigeneia declara abiertamente que no quiere tener hijos[76], Hera se rebela ante el irrespetuoso trato de Zeus, Afrodita se permite contrariar a su padre[77]
Asistimos con la tragedia trans a una apología sobre el triunfo de la mujer y de la naturaleza femenina (“Good Breeding (…) turns the House of Atreus upside down and does what the Greeks hardly ever did: gives us the woman’s point of view”[78]), y en ella, tan solo es condenada, aquella que reniega de su madre y de su feminidad:
… I had learned to hate my Mother… I watched the rape of the female soul everday from my terrace… I heard the power in my Father’s voice…saw Senators walk in long strides… witnessed even the lowest class of Man stomp feminine thought… and it seeped into me… so I grew to hate my Mother… knifed her in the back…. Because she was not my Father… And reminded me Daily… That I was just a Woman.[79]
Clytaemnestra, tras perder a su hija, se llena de odio hacia Agamemnon (“Clytaemnestra and Agamemnon, you lived to hate each other“).[80] Este odio la conduce, según la versión de O´Hara, a cambiar el curso del destino para ejecutar una venganza inminente. La figura de Clytaemnestra de O´Hara, en diez segundos, cumple la acción justiciera para la que el personaje griego de Clitemnestra espera diez años de guerra de Troya. Y no sólo asesina a Agamemnon, sino que, además, inmediatamente hará vulnerable a Aquiles, símbolo de la fortaleza masculina. La reina llega a enfrentarse, en combate, con las tropas del rey, y con el puño aún ensangrentado, se asegura de que todos los hombres del Congreso sean sustituidos de sus cargos, y de que aquellos que sabían las verdaderas intenciones de Agamemnon mueran.
De nuevo la reina ateniense actúa con la certeza de que sus acciones se realizan bajo la convicción de justicia, como se refleja en la escena “Underworld/heavens”, donde Zeus y Hera en el cielo mantienen una discusión de pareja, paralela a la que establecen Clytaemnestra y Agamemnon en el inframundo, con un resultado coral:
ZEUS/AGAMEMNON.
I am sorry.
CLYTAEMNESTRA/ HERA.
I am not.[81]
Electra tardará diez años en conocer la inocencia de su madre y en saber que Agamenon es culpable y responsable de sus actos (“There is always a choice!”[82]). Esquilo justifica las acciones de los dioses, castigando al rey. Clytaemnestra de O´Hara responsabiliza tanto al marido como a las divinidades, por ello, se rebela contra los hombres y contra los dioses: “Fuck Zeus (…) Fuck Zeus!!! (…) How many fucking TEMPLES did we BUILD to those MUTHAFUCKERS!!! And for WHAT?!!”[83]
El personaje de Clitemnestra clásico sirve a los griegos para ilustrar la monstruosidad de una ciudad que invierte los valores patriarcales y para reafirmar así a los varones en la necesidad de mantener el orden social. Clitemnestra es un modelo que refleja “cuán peligrosas y temibles para el buen orden de la polis pueden llegar a ser la falta de moderación y las pasiones desbocadas, que en el imaginario griego tradicional son encarnadas sobre todo por las mujeres:” [84]
Esquilo teme de las mujeres no sólo que puedan albergar un deseo viril de usurpar el poder, sino fundamentalmente la desmesura y el potencial inherente a su naturaleza para destruir la ciudad (…) La misoginia de Esquilo nace, pues, del temor al peligro que la inestabilidad emocional y la desmesura femenina suponen para el orden democrático. ”[85]
Para Esquilo, los actos terribles de las mujeres son ante todo un riesgo para la estabilidad ciudadana[86] (Apollo justifies Orestes´slaying of his mother, Clytemnestra, by what could only be called sexist biology: the male oriented polis is more important than blood ties”).[87] Para Apolo de Esquilo el contrato matrimonial es el más fuerte juramento al que se debe la mujer por Justicia[88]. De forma gradual, el personaje de Clitemnestra rompe este contrato, se rebela de forma astuta e inteligente contra su marido, convirtiéndose en una representante del caos regresivo y, destruyendo el orden ciudadano, asesina a su marido. La imagen del poder de Clitemnestra, en el pensamiento clásico, no puede ser vista como positiva, o como seductora, pues, “resaltar cualquier rasgo positivo en su invasión a la masculinidad supondría llevar la transgresión a un límite donde se produciría una subversión irreparable del orden cívico.”[89]
En Good Breeding son los hombres y los dioses los que pecan de excesos y de inestabilidad y son Clytaemnestra y “sus mujeres” las que establecen un orden superior.En su tragedia, O´Hara narra la historia de los Atridas desde una visión femenina, de manera que resulta justo y necesario que Clytaemnestra, con el apoyo de sus senadoras y de las diosas, acabe con el sistema y se enfrente a su marido, al reino de los hombres y al propio Zeus. En Good Breeding el “dolor de una mujer” no es más importante que el orden ciudadano masculino. La obra de O´Hara sugiere que este orden debe eliminarse y ser sustituido por un sistema mejor, por un orden femenino pre- patriarcal, en el que diosas y mujeres, en defensa de la creación, impidan que se repitan escenas masculinas de destrucción.



[1] Clitemnestra en Agamenón. ESQUILO, op. cit., 1993, p.429.
[2]También llamadas Euménides (Εύμενίδες) o conocidas como “Las Furias.”
[3] Clitemnestra en Agamenón. ESQUILO, op. cit., 1993, p.431.
[4] Clitemnestra en Electra. SÓFOCLES, op. cit., 1986, p.395.
[5] GRAVES, Robert. The Greek Myths. Middlesex: Penguin Books, 1977, p.52.
[6] Christine en Homecoming. Op. cit., 1995, p.313.
[7] Christine en Homecoming. Op. cit., 1995, p.287.
[8] Christine en Homecoming. Op. cit., 1995, p.286.
[9] Lavinia en Homecoming. Op. cit., 1995, p.289.
[10] Christine en Homecoming. Op. cit., 1995, p.286.
[11] Clitemnestra en Electra. EURÍPIDES, op. cit., 1978, p.327.
[12] ERVINE, St. J., op. cit.., 1984.p.87.
[13] Christine en Homecoming. Op. cit., 1995, p.300.
[14] She has become less and less her husband's lover and mate and more and more the person who takes care of the family. She is mother to all and yet finally rejects her role and family, and the Mannon "tomb," for her pagan Captain (…) and the promise of romance and adventure in the South Seas, where the Christian doctrine of sin is unknown. YOUNG, William, op. cit.,1982.
[15] Ezra antes de morir puede decirle a su hija: ”She´s guilty-not medicine!.” Ezra en Homecoming. Op. cit., 1995, p.316.
[16] Christine en The Hunted. Op. cit., 1995, p.362.
[17] El miedo es una de las características resaltadas en los personajes femeninos trágicos. Sin embargo, con frecuencia, existen interesantes ejemplos de entereza femenina que contradicen esta tendencia como Atosa, Políxena, Antígona o la propia Clitemnestra.
[18]MADRID, M., op. cit., 1999, pp.187-188.
[19] Sobre el personaje femenino de Esquilo véase TE RIELE, G.-J.M.-J., Les femmes chez Eschyle: observations sur quelques passages de ses tragedies ou, de façon indirecte, les personnages feminins sont caracterises comme tells. Groningen Batavia: J.B. Wolters, 1955.
[20] Clitemnestra en Las Coéforas. ESQUILO, op. cit., 1993, p. 482.
[21] The Hunted. Op. cit., 1995, pp.368-369.
[22]As Ezra tries too late to be open and loving with Christine, so Christine responds too slowly to years of bitterness toward Ezra and Lavinia. And bitterness is the handmaiden to cruelty. But it does not undermine Christine's victory as the central tragic figure of Mourning Becomes Electra. YOUNG, William, op. cit., 1982.
[23] Poética. Madrid: Don Antonio de Sancha. 1778.
[24] El héroe mediante la ejecución de un acto no premeditado y sin malicia intencional, cometerá un error grave que transgreda las leyes, de los dioses o de los humanos, para pasar de ser un inocente a ser un culpable. PARDO GUTIÉRREZ, María Nieves, Tres autores en la Tragedia Norteamericana. Madrid: Gráficas Universo. 1987.
[25] Clytemnestra Two. Op. cit., 1993, p.123.
[26] Los trágicos griegos se esfuerzan por justificar actos antinaturales como el matricidio o el sentimiento de odio filial, atribuyendo la responsabilidad a la voluntad divina. Véase GIANGRANDE, G., “En torno al tópico del amor materno y del amor filial en la tragedia griega” en La madre en la Antigüedad. Literatura, sociedad y religión. Salamanca: Signifer Libros, 2007. Pero en el caso de la decisión de Agamenón de sacrificar a Ifigenia la decisión del rey es de origen humano y no divino. GIANGRANDE, G., op. cit., 2007. p.119. Existen una serie de acciones de las que el rey es responsable (asesinato de su hijo recién nacido y de su anterior familia, sacrificio de Iphigenia el día de su supuesta boda con Achilles, Cassandra…).
[27] Clytemnestra One. Op. cit., 1993, p.117.
[28]Clytemnestra One. Op. cit., 1993, p.172.
[29] Op. cit., 1993, p.93.
[30] Las mujeres varonizadas, a excepción de Clitemnestra, son fruto de admiración (como Antígona) o de compasión (como Medea). MADRID, M., op. cit., 1999, p.207.
[31] ZEITLIN, F. I., op. cit., 1996.p.94.
[32] Clitemnestra en Electra. SÓFOCLES, op. cit., 1986, p.395
[33] Claro ejemplo son los parlamentos de Orestes justificando su crimen matricida –Orestes en Orestes. EURÍPIDES, Tragedias III. (Traducción de GARCÍA GUAL, Carlos) Madrid: Biblioteca Clásica Gredos, 1998, pp.205-207- o la sentencia del coro: “Siempre las mujeres surgieron en medio del infortunio para la perdición de los hombres” Coro en Orestes. EURÍPIDES, op. cit., 1998, p.207.
[34] J. J. Bachofen nos dice que “el incremento del poder femenino, dondequiera que tenga lugar, presupone siempre una anterior degradación de la mujer, y debe explicitarse por medio de la necesaria sucesión de los extremos.” BACHOFEN, J. J., Mitología arcaica y derecho materno. Barcelona: Anthropos, 1988, p.96.
[35] “Rabe´s The Orphan equating the Troyan and Vietnamese war, extend his view of woman as a victim of violent males.” COHN, R., op.cit. , 1995, p.12.
[36] M. Madrid describe su interpretación de la visión griega misógina sobre los personajes femeninos según las tragedias:
Las mujeres son seres miedosos, débiles, amantes de los duelos, intuitivas, irreflexivas, emotivas, dadas a la charlatanería, inermes ante los embates de las pasiones (especialmente, del deseo sexual), cobardes y sobre todo, peligrosas por su habilidad para el engaño, su solidaridad y su falta de moderación. MADRID, M., op. cit., 1999, p.194.
[37]MADRID, M., op. cit., 1999, p.198
[38] MORENILLA TALENS, C., op. cit, 2003, p127.
[39] MORENILLA TALENS, C., op. cit, 2003, pp.133-134.
[40] Clytemnestra Two. Op. cit., 1993, p.111.
[41] Clytemnestra Two. Op. cit., 1993, p.123.
[42] Agamemnon. Op. cit., 1993, p.122.
[43] Agamemnon. Op. cit., 1993, p. P.96.
[44] Electra en Electra. EURÍPIDES, op. cit., p.323.
[45] Orestes en Las Coéforas. ESQUILO, 1993 op. cit., 1978, p.459.
[46] Corifeo en Agamenón. ESQUILO, op. cit., 1993 p.438-39.
[47] Electra en Electra. EURÍPIDES, op. cit., 1978 p.323.
[48]The Orphan. RABE, D., op. cit., 1993, p.164.
[49] MADRID, M., op. cit., 1999, p.199.
[50] Clytemnestra Two Op. cit., 1993, p.p.123.
[51] MADRID, M., op. cit., 1999, p.214.
[52]Op. cit., 1993, p.173.
[53] Según la tragedia de Eurípides Egisto estuvo a punto de asesinar a Orestes, pero éste fue rescatado por el viejo ayo de Clitemnestra. La Clitemnestra de Eurípides, también salva a Electra de la muerte por manos de Egisto: “excusas sí tenía para la muerte de su marido, pero temía incurrir en odio si mataba a sus hijos.” Labrador en Electra. EURÍPIDES, op. cit., 1978, pp.289-290. El personaje de Orestes de D, Rabe cree que fue salvado por Laodomaia, la mujer de Protesilaus, que tras la muerte de su esposo, según el mito se suicida en honor al duelo, y que precisamente constituye el símbolo de la entrega absoluta al marido, (antítesis de Clitemnestra). Op. cit., 1993, p.164.
[54] KALEM, T. E., op., cit., 1973.
[55] Este remordimiento es expresado ya especialmente en Clitemnestra de Eurípides: “En verdad, no me alegro en exceso de mis acciones”Clitemnestra en Electra. EURÍPIDES, op. cit., 1978, p.329
[56]Op. cit., 1993, p.94.
[57] ZEITLIN, F. I., Playing the Other: Gender and Society in classical Greek Literature Chicago: University of Chicago Press., 1996, p.91.
[58] ZEITLIN, F. I., op. cit., 1996, p.89.
[59]ZEITLIN, F. I., op. cit., 1988, pp.149-184.
[60] Existe una fase pre matriarcal en el que aún no existía el lazo conyugal, reino absoluto de la mujer, de las leyes naturales, de la tierra y de la oscuridad. GASTALDI, V., op. cit., p.31. El libro de B. Souvirón pretende esclarecer cómo los pueblos “indoeuropeos” acaban con el antiguo modelo de vida cretense y establecen el modelo social occidental de profunda convención patriarcal, sobre el cual se sostiene nuestra civilización. De esta primera cultura minoica destruida, dice:
A pesar de los mitos posteriores y de los prejuicios que estos han introducido en nuestra manera de interpretar las cosas, hay dos rasgos evidentes, objetivos, que caracterizan a esta civilización minoica:
-Ausencia de todo lo relacionado con la guerra, especialmente murallas y armas.
-Presencia claramente significativa de la mujer frente a la presencia masculina que, en todo caso, no se identifica con el prototipo del guerrero. SOUVIRÓN, B., op. cit., 2006, p.315.
[61] DE MARTINO, Giulio, BRUZZESE, Marina. Las filósofas: Las mujeres protagonistas en la historia del pensamiento. Cátedra/ Instituto de la Mujer/Universitat de València, 1996.
[62]BACHOFEN, J. J., op. cit., 1988.
[63] PELLICER, E., “Le madri nel mito greco: paradigmi e rappresentazioni” en La madre en la Antigüedad. Literatura, sociedad y religión. Salamanca: Signifer Libros, 2007.p. 2.
[64] Clytaemnestra. Op. cit., 2009, p.19.
[65] MORENILLA TALENS, C., op. cit, 2003, p.128.
[66]Op. cit., 2009, pp.13-14.
[67]Op. cit., 2009, pp.13-14.
[68]Op. cit., 2009, pp.13-14.
[69] GOÑI ZUBIETA, C., Alma femenina. La mujer en la mitología. Madrid: Espasa Calpe, 2005. p.85.
[70] GOÑI ZUBIETA, C., op. cit., 2005. pp.88-89.
[71] Las esposas de Lemnos, rechazadas por sus maridos a causa de un castigo de Afrodita que las impregnaba de un hedor insoportable, acordaron matar a todos los hombres y fundaron una sociedad que prohibía todo contacto con el género masculino. GOÑI ZUBIETA, C., op. cit., 2005. p.87.
[72] Sobre el poder femenino en la tragedia. IRIARTE, A., De amazonas a ciudadanos. Pretexto ginecocrático y patriarcado en la Grecia antigua. Madrid: Akal Ediciones, 2002.
[73] En la escena nueve (“LIVING WILL.”) Clytaemnestra ya posee su propia corte femenina. Good Breeding. Op. cit., 2009, p.34.
[74] Good Breeding. Op. cit., 2009, p.52.
[75] ORESTES en Good Breeding. Op. cit., 2009, p.32.
[76] Good Breeding. Op. cit., 2009, p.8.
[77] ZEUS. (to APHRODITE) You started this. That damned Golden Apple. (…) APHRODITE.
And you fuck Virgins in front of your Wife.
Op. cit., 2009, p.21.
[78] Douglas, tras dirigir la obra, explicará: “Robert had distilled the story down to the iconic events. We’re more focused on Elektra, Clytemnestra and Helen. The women get blamed for all these tragedies and they’re not really in the plays that much. Let’s turn that around. There’s a whole other truth to tell.” JONES,Ch., op. cit., 2008.
[79] Electra. Op. cit., 2009, p.96.
[80] Athena. Op. cit., 2009, p.96.
[81]Op. cit., 2009, p.28.
[82] Electra. Op. cit., 2009, p.51.
[83] Clytaemnestra. en Good Breeding. O´HARA, R., op. cit., 2009, pp.79-80.
[84] MORALES ORTIZ, A., op. cit., 2007.p.132.
[85] MADRID, M., op. cit., 1999, p.235-236.
[86]Para algunos críticos lo esencial de la Orestíada de Esquilo es que lo que prima es el bien colectivo y político sobre lo individual: “Por encima del destino y el sufrimiento de los hombres está el problema ideológico y político de la salvación de la ciudad” RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco, “El significado de la Orestíada dentro de la tragedia griega.” En La Orestíada. Simposio de 1990. Madrid: Ediciones Clásicas, 1992, p.5.
[87] PERADOTTO, J., SULLIVAN, J. P. “Introduction” en Women in the Ancient World: The Arethusa Papers. Albany: State University of New York,1984, p.2.
[88] MIRAS MOLINA, Domingo. “La Orestíada: del campo a la polis, evolución social.” En La Orestíada. Simposio de 1990. Madrid: Ediciones Clásicas, 1992, p.25.
[89] MADRID, M., op. cit., 1999, p.208.

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